Abrió la boca y se agarró a uno de mis pezones, estirandolo de tanto en tanto la carne entre los dientes. Luego de repente, se reparó de mí, se echó para atrás y se quedo mirandome con los ojos como platos y la boca entreabierta, pasandose la lengua sobre el borde de los dientes. Su dedo cambió de posición. Salió del elástico y se poso en el centro de mi sexo. Su movimiento se hizó inequivoco. Ya no me rozaba, ni me acariciaba. Me esta masturbando por encima de las bragas.
Las edades de Lulú
2 comentarios:
Que de mameyas!!! mu guapo el diseño la verdad
virgen santisima! menuda sinvergonzona! me flipa el comentario novela erotica, acaricio sus nalgas con una pluma...
y el design tb eh
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